En Bolivia y Honduras se festeja el 19 de marzo, día de San José según la tradición católica (santo patrono de los carpinteros); según la Biblia, José, el padre de Jesús, era carpintero.
En España el Día del Padre se celebra el 19 de marzo, el día de San José, al igual que en Portugal, Italia, Honduras, Guinea Ecuatorial, Liechtenstein, Macao, Andorra y Bolivia. Sin embargo, en la mayoría de los países se celebra el tercer domingo de junio, aunque también hay otras fechas: en Rusia, por ejemplo, es el 23 de febrero, Día de los defensores de la Patria. Mientras, en Rumania es el segundo domingo de mayo, y en Australia y Nueva Zelanda, el primer domingo de septiembre.
Viejo mi querido Viejo – Piero
Origen de la celebración del día del padre
Esta celebración nació en Estados Unidos de la gratitud de una hija, Sonora Smart Dodd, hacia su padre, un veterano de la guerra civil estadounidense llamado Henry Jackson Smart. La esposa de Henry falleció al dar a luz a su sexto hijo y él cuidó y educó a sus hijos sin ayuda y con todo el cariño del mundo en una granja del estado de Washington.
A Sonora Smart Dodd se le ocurrió la idea de celebrar el Día del Padre mientras escuchaba un sermón del Día de la Madre en 1909. Al principio propuso el 5 de junio, fecha del cumpleaños del señor Smart, pero la elección de la fecha no prosperó.
La idea de instituir un ‘Día del Padre‘, sin embargo, sí que fue ganando aceptación poco a poco. Finalmente en 1924 el presidente Calvin Coolidge apoyó la idea de establecer un día nacional del padre, y en 1966 el presidente Lyndon Johnson firmó una proclamación que declaraba el tercer domingo de junio como el Día del Padre en Estados Unidos.
La celebración se extendió rápidamente a Europa, América Latina, Asia y África como una manera de homenajear a los padres y reconocer su papel en la crianza y la educación de sus hijos.
Independientemente de cuál se la fecha de su celebración, lo importante es que existe un día con el que rendir homenaje a los padres. Un día en el que es importante que les recordemos cuánto les queremos, cuánto han significado y significan para nosotros, y cuánto de importante es su presencia en el desarrollo y la educación de los niños.